martes, 11 de diciembre de 2012

El otro juego de tronos se decide en Madrid el próximo día 18... y tiene sus intrigas


  • El próximo 18 de diciembre, 65.000 letrados madrileños decidirán con su voto quien será el Presidente de su Colegio de Abogados.
  • Los dos principales candidatos para hacerse con tan codiciado puesto son Antonio Hernández Gil, actual decano, y Javier Cremades.
Los letrados madrileños tienen una importante cita el próximo 18 de diciembre; decidirán mediante su voto individual y secreto quien será el Presidente de su Colegio de Abogados. Es posible que para el gran público estos comicios pasen desapercibidos -al fin y al cabo, no se tratan de una elecciones políticas al uso-, pero basta acercarse a este colectivo de profesionales para darse cuenta de su relevancia, pues todo lo que rodea a este Colegio es grande, desde su número de socios -más de 66.000 personas- hasta la influencia y poder que ejercen en la capital de España y, por ende, sobre el conjunto de la Nación. Y, como no podía ser de otra forma, grandes también son las ambiciones -y los intereses- que mueven a los distintos candidatos a la elección, que este año aporta un plus de novedad: a esta campaña electoral se presentan más candidatos que nunca.

Los tiempos, sin duda, están cambiado. Y si no, que se lo pregunten aAntonio Hernández-Gil, actual decano del Colegio de Abogados. Catedrático en Derecho Civil por la UNED, Hernández-Gil lleva cinco años en el cargo y aspira a revalidarse el puesto. Lo tiene difícil. Durante este último lustro ha sufrido un fuerte desgaste; muchos colegiados consideran que han sido malinformados sobre los cambios efectuados en la prestación del servicio médico del Colegio. Y luego está la problemática de los abogados que trabajan en el turno de oficio de los juzgados madrileños; el retraso en el pago de sus tarifas por parte de la Comunidad de Madrid les ha hecho ir a varias huelgas. El enfado de estos letrados también ha acabado por recaer sobre el Colegio, pues consideran que Hernández-Gil ha sido incapaz de defender sus intereses ante el Gobierno regional.
Desfile de abogados

Tampoco gustó la posición que adoptó la Junta de Gobierno de Hernández-Gil ante las escuchas ordenadas por Baltasar Garzón durante la investigación del Caso Gürtel. Ignacio Peláez -ex fiscal de la Audiencia Nacional y abogado en ejercicio- sufrió un pinchazo mientras conversaba con su cliente José Luis Ulibarri en la prisión de Soto del Real. De ahí su querella contra el ahora ex juez por violar el secreto profesional que protegía la relación con su defendido. No obstante, el Colegio, que sí se personó para ilegalizar las escuchas del Caso Gürtel, declinó sumarse a la querella que Peláez presentó contra Garzón, y ello pese a que la Junta General del Colegio instó a Hernández-Gil a hacerlo. ¿Cuales fueron los motivos del decano para no dar el paso? Varias fuentes especulan que las posibles implicaciones políticas y mediáticas de una querella contra el por entonces todopoderoso Garzón hicieron que Hernández-Gil no quisiera entrar en semejante berenjenal. Peláez tuvo así que enfrentarse en solitario al juez estrella y al final el Tribunal Supremo, por unanimidad, acabó por darle la razón -y de paso expulsó de la carrera judicial a Garzón-.

Dice el refrán que no hay mal que por bien no venga. Esto es lo que ha debido de pensar Peláez, quien, ante la resonancia mediática y el apoyo recibido por su caso, ha hecho bandera del Derecho a la Defensa para presentar su propia candidatura a la Junta de Gobierno del Colegio. Pero no parece que Peláez suponga una seria amenaza para Hernández-Gil, a quien muchos ven como el candidato de los grandes despachos. No por casualidad cuenta con el apoyo de un padrino muy poderoso: Antonio Garrigues Walker, presidente del bufete con el mayor número de abogados de la capital; una fuerza electoral que convenientemente dirigida puede decantar la victoria de cualquier aspirante a decano. De hecho, esto fue lo que -dicen- sucedió en las anteriores elecciones de 2007. En aquel año, José María Alonso, socio director del despacho de Garrigues, iba nada menos que de número dos en la lista de Hernández-Gil. Y en las retinas ha quedado grabado cómo cientos de abogados del bufete de Garrigues iban llegando disciplinadamente en taxi al colegio electoral, donde Alonso en persona les recibía con afecto para, acto seguido, acompañarlos hasta las urnas. Aquel desfile de 2007 tal vez no encaje dentro de los estándares de la más alta moralidad, pero no por ello dejó de ser perfectamente lícito y legítimo.

Y ahora, en 2012, Garrigues continúa apoyando a Hernández-Gil. Porque nadie duda de que sigue haciéndolo; José Ramón Martínez Jiménez, el socio de Garrigues encargado de evaluar a los abogados de su bufete, va de número siete en la lista de Hernández-Gil. ¿Quid prodest Garrigues? Los mentideros matritenses señalan que la perpetuación del estilo de Gobierno de Hernández-Gil -tan prestigioso como parado y gris; muy celebradas en la real villa y corte son sus Terceras en el diario ABC sobre... mitología griega- permitiría que Garrigues continúe siendo el auténtico poder fáctico de la abogacía madrileña y española. Es posible -incluso probable- que estas conspiraciones de salón desgasten la imagen de su despacho, pero Garrigues, a tenor del interés que pone en que gane su candidato de siempre, debe de tener sólidos motivos para pensar lo contrario.
Más liderazgo

Pisando los talones a Hernández-Gil se presenta Javier Cremades, presidente y fundador del despacho Cremades & Calvo-Sotelo. Hace cinco años, en las anteriores elecciones, Hernández-Gil superó a Cremades por apenas 300 votos. Quizás por ello, este abogado madrileño está considerado como la alternativa más seria a Hernández-Gil, aunque desde los grandes bufetes todavía se mira a Cremades con cierto recelo; lo consideran demasiado ambicioso, empezó de cero con su propio despacho y ahora ya está presente en cinco países. En cualquier caso, Cremades dispone del apoyo de los despachos de tamaño mediano-pequeño y mediano-grande -aquellos que cuentan de 25 a 150 abogados en sus bufetes-, a los que ha logrado unir en torno a su candidatura. ¿Cómo ha conseguido hacerlo? Proponiendo un leitmotiv de campaña muy claro: Cremades pretende que el grupo de profesionales más influyente de España, el de los abogados, alcance como colectivo el mismo liderazgo social que muchos de sus miembros ejercen a título individual. Para lograrlo, quiere revitalizar las competencias y el ámbito de decisión del Colegio de Abogados de Madrid, y ponerlo al servicio de todos sus colegiados -es evidente que esta consigna esconde una crítica, no demasiado velada, a la gestión de Hernández-Gil-. Además, Javier Cremades está patrocinando junto a un nutrido grupo de prestigiosos abogados un manifiesto en favor de la unidad jurídica de España.

Otra candidata a decano es Sonia Gumpert. Gumpert lleva en su lista aIgnacio Gordillo -hoy abogado penal en ejercicio y durante varias décadas famoso fiscal de la Audiencia Nacional- y basa su candidatura en la canalización de las referidas protestas sobre el servicio médico del Colegio y la correcta retribución del turno de oficio. Un hecho no muy conocido, pero no por ello menos relevante, es que la candidatura de esta joven abogada nace impulsada por el Grupo ISDE, la escuela de formación jurídica más importante de Barcelona y que, no por casualidad, ya influye con fuerza sobre el Colegio de Abogados de la Ciudad Condal.

¿Y qué es de los otros grandes despachos de Madrid? Callados y expectantes, aparentemente sin tomar partido, esperan a ver quien gana este duelo en las cumbres. La respuesta, recuerden, el próximo día 18.
Fuente: teinteresa.es

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